Los krofi son una tradición eslovena y, aunque su origen no sea propio del país, los eslovenos abrazaron la receta de este dulce que hoy acompaña alguno de sus eventos nacionales como los Carnavales. Cuenta la leyenda que una cocinera, desafortunada en el amor, estaba
preparando una masa y en vez de tirarla al horno la tiró en aceite caliente...creando, sin querer, los krofi (declinación plural en esloveno del singular krof).
No se sabe con
exactitud su origen, pero todos los países, en donde son costumbre, no dudan en
afirmar que se trata de un invento suyo. Los krofi se conocen en Europa Central, donde algunos
dicen que son de Alemania, donde son conocidos como Berliner Pfannkuchen y solo en el sur y en Austria se popularizaron como krapfen. En Austria se asegura que fueron creados por una cocinera de Viena
llamada Cecilia Krapf (de ahí su nombre krofi,
que en alemán es krapfen).
En Alemania su nombre tendría un origen bélico, pues cuenta la leyenda que en 1756 un pastelero voluntario para artillero no fue seleccionado debido a que no era apto, sin embargo Federico el Grande lo sumó como cocinero. En una de las campañas el pastelero quiso agradecerle al rey pero no tenía horno, de esta forma utilizó grandes cantidades de aceite para crear el Berliner Pfannkuchen que tenía forma de bala de cañón. También muchos afirman que los krofi ya eran conocidos en los tiempos de antigua Roma y así una lista de supuestos inventores pero sin ninguna certeza aún, pero si ahondamos más en su nombre, los primeros krofi no tenían su particular forma redonda sino que eran amorfos con bultos similares a unos ganchos. De ahí también otra posible explicación de su nombre en alemán krapfo, que significa gancho o garra.
En España y varios países de América son conocidos con el nombre de berlinesas por ejemplo en Argentina y Uruguay donde existe una variedad conocida como bola de fraile o suspiro de monja, que tienen una corteza un poco más dura. Es interesante destacar que estos dos últimos países la palabra genérica Krapfen fue sustituida por el de facturas en Argentina y bizcochos en Uruguay. Por otro lado, en México se conoce con el nombre de bola de Berlín; bollos en Paraguay; berlín en Chile; y la lista sigue. Cabe agregar que muchos afirman que os krof dieron origen a las rosquillas o más conocidas en EEUU como donuts o donas, cuyo origen también es incierto y gira en torno a Europa del Norte, Holanda y, obviamente, Estados Unidos.
En Alemania su nombre tendría un origen bélico, pues cuenta la leyenda que en 1756 un pastelero voluntario para artillero no fue seleccionado debido a que no era apto, sin embargo Federico el Grande lo sumó como cocinero. En una de las campañas el pastelero quiso agradecerle al rey pero no tenía horno, de esta forma utilizó grandes cantidades de aceite para crear el Berliner Pfannkuchen que tenía forma de bala de cañón. También muchos afirman que los krofi ya eran conocidos en los tiempos de antigua Roma y así una lista de supuestos inventores pero sin ninguna certeza aún, pero si ahondamos más en su nombre, los primeros krofi no tenían su particular forma redonda sino que eran amorfos con bultos similares a unos ganchos. De ahí también otra posible explicación de su nombre en alemán krapfo, que significa gancho o garra.
En España y varios países de América son conocidos con el nombre de berlinesas por ejemplo en Argentina y Uruguay donde existe una variedad conocida como bola de fraile o suspiro de monja, que tienen una corteza un poco más dura. Es interesante destacar que estos dos últimos países la palabra genérica Krapfen fue sustituida por el de facturas en Argentina y bizcochos en Uruguay. Por otro lado, en México se conoce con el nombre de bola de Berlín; bollos en Paraguay; berlín en Chile; y la lista sigue. Cabe agregar que muchos afirman que os krof dieron origen a las rosquillas o más conocidas en EEUU como donuts o donas, cuyo origen también es incierto y gira en torno a Europa del Norte, Holanda y, obviamente, Estados Unidos.
Una tradición a la eslovena
En Eslovenia, los krofi son siempre una costumbre,
especialmente en invierno ya que contiene mucha grasa. Son toda una
tradición para los Carnavales, pues antes de
esta gran fiesta uno debe comer bien, los krofi acompañan el desayuno esloveno. Cabe recordar que esta costumbre data de
hace muchos años, todavía hoy se recuerdan aquellas amas de casa disfrazadas que
ofrecían a los viajeros un almuerzo y un krofi.
En la actualidad se sigue esperando ese krof
como comida típica del Carnaval, aunque también se esperan otros dulces, incluso
dinero.
Los Krofi de
Trojane
El krof de Trojane mide unos de 10
centímetros, son los mas conocidos y se pueden comprar solo allí, donde siempre son frescos. Desde que comenzaron a hacerlos, hace 56 años, y hasta
ahora llevan hechos aproximadamente unos 110 millones.
A pesar de que hace
10 años se abrió una autopista que significaba que los que iban de Ljubljana a
Celje ya no pasarían por Trojane, la producción de krofi no bajó y la gente continuó visitando el lugar. Por la
cantidad de gente que hay siempre, se vieron obligados a mejorar la producción
y hoy en día están habilitados para servir a 800 personas a la vez. Muchas
veces se hace una fila de varios metros delante la pastelería.
Empezaron en 1961, con Rajko Konjšek (el jefe de servicio) cuando decidieron que querían
ofrecer en su restaurante algo dulce.
Así nació la idea de hacer los krofi
y, hoy en día, llegan a hacer entre 2 y 2,5 millones al año, lo que significa unos 5500 o 6800 por día.
Dicen que su éxito
se debe a la calidad del producto ya que todos los ingredientes son caseros y, por
otro lado, es una tradición que ha pasado de generación en generación. Todos
están hechos a mano y nunca los dejan reposar más de 20 minutos antes de
venderlos. Hay varios tipos de krofi
pero el clásico, con mermelada de albaricoque. continúa siendo el más popular.
Los trucos para un krof perfecto
La base de todos
los krofi es la masa leudada que
tiene que ser muy suave. Al hacer la masa, se debe tener en cuenta que se
necesita harina de calidad, los ingredientes no deben estar fríos y se tiene
que tener la cantidad justa de grasa. A la masa le podemos añadir ron, vainilla
y jugo de limón o naranja para mejorar el gusto. La masa tiene que leudar
varias veces y estar bien amasada. El aceite utilizado para freír tiene que estar
entre los 160 y 180 grados, si está más caliente la masa se va a quemar y, si la
temperatura es menor, la masa va a absorber mucha grasa. La masa hay que
ponerla en aceite con la parte leudada abajo, así mientras freímos esta parte, la
otra cara puede leudar. De esta manera creamos la típica coronita blanca.
FUENTES
- Diccionario de la Real Academia Española. (2014). Real Academia Española (23nd ed.). Madrid. Consultado el 1 de febrero de 2017. Recuperado de http://dle.rae.es/?id=5mIvKnQ
- El origen de las donas. (2016).El mejor pan de tecate. Consultado el 2 de febrero de 2017. Recuperado de: http://elmejorpandetecate.com/blog/71-el-origen-de-las-donas
- Gruden, M. (2016).
Zgodba o znamenitih trojanskih krofih. Brand Business School. Consultado el 3 de febrero de 2017.
Recuperado de: http://turizem-bbs.com/zgodba-o-znamenitih-trojanskih-krofih/
- Guillot, G. (2010). Krapfen, Berlinesas y los Xuxos. Hoy, invito yo. Consultado el 2 de febrero de 2017. Recuperado de: http://hoyinvitoyoenlaradio.blogspot.si/2010/05/krapfen-berlinesas-y-los-xuxos.html
- La berlinesa, un bollo que traspasa fronteras.(2016). Diariovasco.com. Consultado el 1 de febrero de 2017. Recuperado de: http://guiagastronomika.diariovasco.com/noticias/berlinesa-bollo-que-traspasa-fronteras-201605191303.php
- M. J. (2015). Resnica o krofih. Consultado el 2 de febrero de 2017. Okusno je. 24ur.com. Recuperado de: http://okusno.je/clanek/priloznostno/prazniki/pust/triki-in-nasveti-ki-jih-moramo-upostevati-pri-pripravi-krofov.html
- Mo. B. (2012).
Pravega pusta brez krofov ni. Delo. Consultado el 2 de febrero de 2017. Recuperado
de: http://www.delo.si/novice/svet/pravega-pusta-brez-krofov-ni.html
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